domingo, 2 de agosto de 2009






UNIDAD VI






LOS PETROGLIFOS


Hasta la aprobación de la Ley 17, los únicos petroglifos que habían sido denominados monumentos históricos eran los localizados en la región de Nancito, Chiriquí, tal como lo establecía la Ley 14 de 1982, del Patrimonio Histórico, la cual protege todos los sitios arqueológicos y los bienes culturales que son parte de la herencia cultural panameña.



En realidad la Ley 17 es una ampliación de la 14, extendiendo la denominación de monumentos históricos a todos los petroglifos existentes en el Istmo. Esto incluye aquellos encontrados en las regiones de Bejuco, Cabuya, El Valle, La Pintada, Río Grande, Calobre, Atalaya, Ocú, Las Minas, Piedra del sol, Cañazas, La Mesa, Soná, Nancito, Boquete, Volcán, Las Palmas, etc.



De acuerdo con Fitzgerald, Panamá es tal vez el primer país en declarar todos los petroglifos de su territorio como monumento histórico. “De esta manera, el Gobierno reconoce la importancia de nuestra herencia cultural precolombina”.






Características



La edad de estos petroglifos resulta casi imposible de determinar, ya que han sido rellenados vandálicamente con tiza o pintura, lo que torna infructuoso cualquier examen de erosión.



No obstante, Fitzgerald calcula que la mayoría de los petroglifos de Panamá datan de la etapa más temprana de la prehistoria panameña, la cual se calcula hace aproximadamente 5 mil años atrás. Sus artífices serían entonces, pueblos cazadores-recolectores, con una agricultura incipiente.



En cuanto a los diseños predominantes, varían de figuras geométricas, agrupaciones de líneas y puntos, a figuras antropomorfas y zoomorfas.



Si bien se ha reportado hallazgos de petroglifos en todas las provincias, incluyendo Darién y la Comarca de San Blas, su mayor concentración se ha registrado en el centro y en el oeste de Panamá, especialmente en las provincias de Chiriquí, Veraguas y Herrera.



En cuanto a su significado, existen múltiples interpretaciones. Una de ellas es que los petrograbados representan ubicaciones muy específicas en el paisaje, que tenían un significado especial para sus artífices. “Es muy posible que se refirieran a vínculos generacionales, entre individuos de la misma sociedad o entre diferentes planos existenciales”, explicó Fitzgerald.



La problemática



A pesar de que por medio de la nueva ley todos los petroglifos que se encuentran en la República de Panamá quedan bajo la protección del Estado, esto plantea un gran problema para la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico, ya que hace necesario su inventariado.



Según Fitzgerald, hasta el momento la única tentativa que se ha llevado a cabo por inventariar los petroglifos en Panamá ha sido la realizada por el guaquero norteamericano Neville A. Harte, quien en la década de los sesenta publicó la obra Panorama de los Petroglifos de Panamá.



No obstante, para el director nacional del Patrimonio Histórico esta obra resulta, además de desfasada, incompleta, ya que solo registra alrededor de 50 sitios, mientras que en la actualidad se estima que existen más de 100.



Dado lo limitado del presupuesto de la Dirección de Patrimonio Histórico, Fitzgerald planea solicitar apoyo y cooperación técnica a la Asociación Internacional de Petroglifos. La meta es publicar un Atlas de petroglifos en un futuro.



Además del reto del inventariado, también está presente el de explotar estos sitios para el desarrollo del ecoturismo. Para esto sería necesaria una mayor orientación de las poblaciones locales referente al cuidado de los petroglifos. Con este fin la Dirección de Patrimonio Histórico ha sostenido reuniones con el Instituto Nacional de Cultura (INAC). La idea es reglamentar todo lo relacionado con su preservación y su explotación turística.

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